Hacer todo lo que corresponde es actuar como un ciudadano responsable de sus actos, convirtiéndose en un buen ejemplo cotidiano.
El intercambio argumental de ideas diferentes, no tiene que hacerse de manera agresiva. Tampoco la tolerancia debe conducirnos a alianzas conspirativas, o a pactos parcial o absolutamente secretos
Las guerras ideológicas nos roban la paz y nos quitan la tranquilidad de un auténtico disfrute ambiental
El desarrollo público de teorías no es suficiente si las mismas en su aplicación no muestran soluciones viables en su ejecución.
Los ciudadanos necesitamos que las normas de conducta y de ética aplicables señalen opciones tangibles, y metas asequibles. Nuestros representantes políticos, muchas veces son parcos en su accionar y breves en sus dichos. Por lo tanto no es fácil llegar a conclusiones sobre ¿lo que está pasando? y ¿lo que puede pasar?
Muchos funcionarios cuando se presentan... para ser electos hablan de lo que hay que hacer pero no orientan concretamente sobre ¿cómo lograrlo?
El hacer las cosas bien... es un compromiso de todos, que se traslada cotidianamente. El reciclaje y reutilización posterior de materiales de desecho, permite un reaprovechamiento inteligente de bienes y servicios.
En países como el nuestro en los cuales la inmigración ha tenido una gran importancia entre sus descendientes, los buenos y malos ejemplos hicieron docencia viable para todos.
El concepto error y corrección propone soluciones a los problemas en la medida que la autocrítica nos oriente con auténtica sinceridad.
La imagen que tenemos de los que hacen mal las cosas de una manera perseverante, no es positiva y apreciable. ¿Y cómo recuperamos el tiempo perdido?
En los centros de enseñanza muchas veces se habla de teorías, pero no es tan frecuente una docencia por parte de quienes deben preparar a sus alumnos para que estos se inmiscuyan en la realidad cotidiana con sentido laboral responsable.
Reflexionar metódicamente entre luces y sombras no siempre es fácil, pero tiene que ser habitual para poder subsistir en el tiempo.

Carlos Besanson