Semanario REGION®

Del 27 de mayo al 2 de junio de 2016 - Año 26 - Nº 1.226 - R.N.P.I. Nº 359581

Imaginan viviendas sociales en el ex-Molino Werner

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Bajo el título de esta nota, un grupo de tres recientes arquitectos egresados de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba (dos cordobeses; Ezequiel Trusendi, de Marcos Juárez y Federico Vicario, de Río Tercero junto a un pampeano: Julián Troncoso, de Santa Rosa), nos han hecho llegar para el Suplemento Concreto que edita REGION® Empresa Periodística, la Tesis de Grado con la que se recibieron recientemente como arquitectos, y que realizaron sobre un edificio de alto valor patrimonial para la capital pampeana, como lo es el “Ex Molino Werner”.

Lo que sigue a continuación, se trata de un resumen del proyecto de la “Tesis de Grado Facultad de Diseño, Urbanismo y Arquitectura (Universidad Nacional de Córdoba)” y dice así:

Santa Rosa, la ciudad
Pusimos la mirada en la estructura urbana de la ciudad de Santa Rosa, y en particular en el ex-molino, atraídos por su valor patrimonial,ya que, encontramos en este un espacio ideal para resolver problemas habitacionales y urbanísticos de la ciudad en un mismo predio.
La intención fue clara: recuperar un patrimonio histórico a partir de la vivienda, es decir, con un proyecto residencial, y no de carácter institucional como lo fueron todas las propuestas hasta ahora proyectadas en este edificio. Propuestas que además, cabe aclarar, al momento no se han concretado.
La presencia de esta estructura, en desuso hace aproximadamente unos 20 años, modifica la trama urbana actuando como un obstáculo tanto físico como simbólico para el crecimiento y consolidación de este sector de la ciudad.

Por otra parte, poniendo el foco en la problemática de la vivienda, notamos que los planes desarrollados por el Estado que apuntan a generar hogares propios para quienes no lo poseen, en general consisten en viviendas monótonas, que se encuentran habitualmente en la periferia. Es decir, que en determinados casos, se ha expulsado a los sectores más vulnerables hacia los bordes de la ciudad. Además existe una lógica de repetición de vivienda; unifamiliar y en lote único.

La intervención
Es clave aclarar que, un sector de la intervención pertenece a un privado, y otro sector al Estado.
La propuesta está compuesta por cinco elementos, con hincapié en la vivienda colectiva tanto privada como social.
El bloque principal, utilizando al edificio del molino propiamente dicho como contenedor, estaría compuesto por viviendas sociales de alquiler, propiedad del Estado municipal; Viviendas que no solo colaborarían a sanear la demanda habitacional sino que además su alquiler de tarifa social generaría precios referenciales en el mercado inmobiliario, generando un precedente. En este caso planeamos viviendas sociales en el centro, apostamos a una ciudad compacta y democrática no solo impregnando a nuestro proyecto nuestra postura como arquitectos sino también como ciudadanos.
Por otro lado, un segundo y un tercer bloques de viviendas colectivas en altura, ubicados a uno y otro lado del molino pertenecientes a un privado.
Por último, el conjunto se completa con un mercado que da alojamiento estable a una feria (que actualmente se realiza sólo los fines de semana) y el espacio sin construìr donde se abrirìa un parque totalmente pùblico que ocupa el 50% de la superficie total del área de intervención, que se filtra entre las edificaciones preexistentes y propuestas.

¿Construir para arriba pero cómo?
Tomamos postura sobre la normativa vigente en el sector, la cual por considerar a la zona ‘área especial’ nos permitía crecer hasta una altura de 60 metros. Desechamos esta oportunidad y optamos por reproducir las alturas del molino revalorizándolo mediante una relación respetuosa para con el mismo. Esta estrategia no solo valora el patrimonio sino que permite una redistribución de visuales, luces y sombras.

La vivienda y los nuevos modos de habitar
Con respecto a la funciones de las viviendas propiamente dichas, se puso gran atención a los futuros usuarios, pensando en que los modelos clásicos de vivienda, ya no cumple la función que cumplían hasta hace unos años.
Una de las cuestiones que trabajamos en el proyecto es que el concepto básico de familia, reducido a una estructura vertical simple y de relación jerárquica ha quedado obsoleto.
Quisimos dar respuestas desde las viviendas proyectadas teniendo en cuenta que no hay más familia tipo, no hay más trabajos tipo. Observamos que la oferta del mercado estandariza las viviendas y no contempla los nuevos modos de habitar: las parejas tienen hijos tarde, o no tienen, cada vez existen menos hogares monoparentales, gente que vive de a muchos, gente que trabaja donde vive, mujeres que trabajan afuera y hombres que trabajan adentro -y al revés- Hay nuevos derechos, nuevas relaciones, nuevas generaciones con nuevas disposiciones.
Estos nuevos requerimientos de la vivienda contemporánea demandaron nuevas lógicas distributivas o nuevas configuraciones espaciales capaces de contener nuevos tipos de prácticas.

Lenguaje arquitectónico y sistema tecnologico
En lo que respecta al lenguaje arquitectónico, en el claustro propuesto, se utilizó ladrillo común, material no solo conocido por la mano de obra local sino que dialoga en color y textura con el material predominante en el ex-molino harinero, en una clara intención de respeto hacia el edificio de valor patrimonial.
Se utilizó de diversas maneras, dependiendo la cara del edificio, y la incidencia del sol en esta.
Este mismo material, utilizado de diversas maneras, No sólo responde a protecciones climáticas y al mencionado diálogo con el ex-molino sino que acentúa en fachada la diversidad programática que el interior del edificio posee.