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Semanario REGION®

Del 1 al 7 de septiembre de 2023 - Nº 1.551 - Año 33 - INPI 1983083

Día del Abogado en Argentina

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El Día del Abogado en Argentina es en conmemoración por el aniversario del nacimiento de Juan Bautista Alberdi.

Internacionalmente el “Día del Abogado” se celebra el 3 de febrero, pero en nuestro país, el 19 de diciembre de 1958 la junta de Gobierno de la Federación Argentina de Colegios de Abogados (FACA) modificó esta efeméride instalándola el día 29 de agosto de cada año, en conmemoración por el aniversario del nacimiento de Juan Bautista Alberdi, uno de los autores intelectuales de la Constitución Nacional de 1853. Esta fecha se comenzó a adoptar bajo la presidencia de Arturo Frondizi hasta nuestros días.

“Bases”
Juan Bautista Alberdi es considerado uno de los pensadores más importantes del siglo XIX. Se trata de un letrado, jurista, diputado, economista, escritor y músico, que fue el autor de “Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina” -popularmente conocido como las “Bases”-, un texto que se consideró precisamente, la base para la Constitución Nacional Argentina de 1853, donde varios de sus puntos fueron adoptados o incorporados.

Juan Bautista Alberdi
Nació el 29 de agosto de 1810 en San Miguel de Tucumán, hijo de Josefa Rosa de Aráoz de Valderrama y Salvador Alberdi, y realizó sus estudios en Tucumán, Buenos Aires, Córdoba y Uruguay, y en Chile fue donde se recibió de abogado.
En Argentina, formó parte de la denominada “Generación del 37”, que se trataba de un grupo de jóvenes intelectuales opositores al gobierno de Juan Manuel de Rosas, que se consideraban “hijos” de la Revolución de Mayo. Dentro de sus miembros se encontraban Domingo Faustino Sarmiento, Juan María Gutiérrez y Esteban Echeverría, entre otros.

Su enfrentamiento con Rosas derivó en su exilio en Montevideo y, luego de la caída de Rosas en la Batalla de Caseros de 1852, fue cuando Alberdi escribió su libro principal, que sirvió de fuente para la Constitución Argentina sancionada al año siguiente.

En 1855 comenzó a desempeñarse como diplomático en Europa y, tras varios años allí, en 1878 regresó a la Argentina. En ese momento fue elegido Diputado Nacional por la provincia de Tucumán.

Más adelante, el presidente Julio Argentino Roca lo postuló para ser embajador argentino en Francia. Sin embargo, esta propuesta no logró ser aprobada por el Congreso como consecuencia de diversos enfrentamientos políticos, motivo por el cual Alberdi decidió exiliarse en Francia, donde falleció, a los 73 años, el 19 de junio de 1884.

Cinco años después, en 1889, el presidente Miguel Ángel Juárez Celman ordenó exhumar los restos de Alberdi para su repatriación. Fue sepultado en el Cementerio de la Recoleta hasta que, en 1991, se trasladaron sus restos a la Casa de Gobierno de Tucumán.

Aunque nunca ejerció como abogado en Argentina, fue su defensa de la paz y el sistema republicano, además de sentar las bases para la Constitución Argentina, lo que hizo que su obra perdurara en el tiempo y que se decidiera homenajearlo estableciendo la fecha de su nacimiento como Día del Abogado.

El pensamiento de Alberdi
Para conocer brevemente la personalidad y el pensamiento de Juan Bautista Alberdi, vale citar una porción de su discurso que brindó cuando fue invitado a hablar ante la promoción de graduados de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires en 1880.
En esa oportunidad tituló su presentación: “La omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual”.

En poco más de veinte páginas, Alberdi aborda magistralmente los temas centrales del pensamiento liberal clásico, haciendo hincapié en la premisa de que el estado debe estar para resguardar los derechos individuales y no para violarlos.

Así lo indica al decir: “Las sociedades que esperan su felicidad de la mano de sus Gobiernos esperan una cosa que es contraria a la naturaleza. Por la naturaleza de las cosas, cada hombre tiene el encargo providencial de su propio bienestar y progreso, porque nadie puede amar el engrandecimiento de otro como el suyo propio; no hay medio más poderoso y eficaz de hacer la grandeza del cuerpo social que dejar a cada uno de sus miembros individuales el cuidado y poder pleno de labrar su personal engrandecimiento”.