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Semanario REGION®

Del 18 al 24 de noviembre de 2022 - Nº 1.516 - Año 32 - INPI 1983083

Espasticidad: Una secuela del ACV que puede aparecer en el 20-30% de los pacientes

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“Tratar todas las secuelas de forma temprana permite evitar la discapacidad a largo plazo”, explicó el Dr. Walter Visñuk, médico fisiatra (MP2337 - ME 1336).

“Se estima que, en la Argentina, se produce un accidente cerebrovascular (ACV) cada 9 minutos -señaló a REGION® el médico fisiatra Walter Visñuk- y constituye la primera causa de discapacidad permanente en las personas adultas. Las secuelas son varias y cada una requiere un tratamiento específico, pero tratarlas de forma temprana permite evitar la discapacidad a largo plazo”.     

“La espasticidad constituye una secuela motora importante del ACV, se estima que entre el 20 y el 30 por ciento de las personas que han sufrido un accidente cerebrovascular (ACV) pueden desarrollarla. Los estudios muestran que, entre los 3 y 18 meses posteriores a un ACV, las lesiones cerebrales pueden causar un cambio en la remodelación muscular que conduzca a desarrollar una forma grave de espasticidad.

Sin tratamiento, en general, a los 3 meses el 27% de los pacientes ha desarrollado espasticidad y a los 6 meses esa secuela ya afecta al 58% (15% de ellos en forma grave). Sin embargo, las herramientas diagnósticas de las que se disponen actualmente permiten pronosticar el desarrollo de la espasticidad con alta sensibilidad y especificidad, dando lugar a su tratamiento precoz.

La espasticidad es un trastorno motor del sistema nervioso que genera un aumento del tono muscular y afecta la movilidad de los pacientes. La espasticidad es una condición que, si no es tratada a tiempo, ocasiona la pérdida de la capacidad funcional en general e impacta notablemente en la calidad de vida.
Tras un ACV, lo primero que debe hacer un paciente es recibir atención de manera inmediata para poder reconocer y evaluar el cuadro.

En una primera etapa, la etapa de la urgencia en la que el paciente arriba al centro de salud, es atendido por el médico de terapia intensiva y el neurólogo. Una vez estabilizado, requiere de una atención y equipo multidisciplinario. Aquí intervienen fisiatras planificando y coordinando el equipo de rehabilitación, en el cual intervienen: fonoaudiólogos, terapistas ocupacionales, kinesiólogos, que trabajan en forma conjunta.

En el caso de la espasticidad como secuela, si bien es una condición que no tiene cura, tiene un tratamiento que permite reducir su impacto. Debe tratarse con un equipo multidisciplinario en el que intervengan médicos fisiatras, neurólogos, kinesiólogos, terapistas ocupacionales y fonoaudiólogos. Son los médicos neurólogos, los terapistas ocupacionales o los kinesiólogos los que derivan a los pacientes con los médicos fisiatras para el correcto tratamiento de la condición. Éstos evalúan el impacto funcional de la espasticidad y trazan un plan de tratamiento.

Es fundamental que el tratamiento implique distintos abordajes y técnicas, con el objetivo de reducir el impacto de la espasticidad en los pacientes. La misma puede tratarse con fármacos que actúan como relajantes musculares; infiltraciones con toxina botulínica, que actúan sólo sobre los músculos afectados; yesos seriados; cirugías ortopédicas o neurocirugías”.

Dr. Walter Visñuk
“En la provincia de La Pampa, el médico fisiatra trabaja como interconsultor médico, tanto en clínicas privadas como en hospitales públicos, evaluando al paciente desde su estancia en la terapia intensiva, favoreciendo una intervención temprana y oportuna, reduciendo complicaciones originadas por el aumento de la espasticidad” explicó el Dr. Walter Visñuk, médico fisiatra (MP2337 - ME 1336), Director Médico de CIMFyR (Centro Integral de Medicina Física y Rehabilitación de La Pampa), miembro de la Comisión Directiva de SAMFYR (Sociedad Argentina de Medicina Física y Rehabilitación) y de SANeO (Sociedad Argentina de Neuroortopedia).

“Los servicios de internación cuentan con equipamiento para el control postural de los pacientes internados (valvas, férulas, cuñas, sillas de ruedas con mesa, etc.), lo cual contribuye al manejo y control de la espasticidad. Se realizan intervenciones locales (aplicación de Botox, fenol, uso de electroestimulación, etc.) o sistémica con fármacos antiespásticos” agregó.

“A su vez, son muy importantes los cuidados posturales luego de una lesión neurológica y las movilizaciones pasivas de las articulaciones afectadas. Además, es necesario que el paciente tenga el equipamiento adecuado (silla de ruedas, férulas, ortesis, entre otros) y que pueda acceder a los tratamientos recomendados en tiempo y forma.

La espasticidad en sí misma no puede prevenirse, pero una vez instaurada la lesión neurológica lo que se puede hacer es evitar que empeore, afectando el proceso de rehabilitación del paciente”.

“El rol del médico fisiatra en esta etapa permite no solo el seguimiento y cuidado postural del paciente, sino también articular el seguimiento clínico con el equipo de rehabilitación. Es el propio medico fisiatra el encargado de establecer, dirigir, coordinar y controlar el programa rehabilitador y el equipo de rehabilitación formado por múltiples profesionales, utilizando idealmente el modelo transdisciplinario de atención”, finalizó el Dr. Visñuk.