Semanario REGION®

Del 7 al 13 de septiembre de 2018 - Nº 1.331 - Año 28 - INPI 1983083

ABB y The Economist presentaron el índice “Automation Readiness Index”, un ranking mundial de la digitalización y la robótica

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Incluso aquellos países más preparados para el futuro del trabajo deben repensar la educación y la capacitación a fin de preparar a las personas para los trabajos del mañana.

Con la automatización de avanzada, los empleos para los humanos podrían ser mejores, más significativos. Sin embargo, según un nuevo estudio, incluso aquellos países más preparados para el futuro del trabajo deben repensar la educación y la capacitación a fin de preparar a las personas para los trabajos del mañana.
Corea del Sur, Alemania y Singapur son los países mejor preparados del mundo para integrar la automatización inteligente en sus economías sin sufrir sobresaltos, según un índice y un informe publicado por The Economist Intelligence Unit y ABB.

El informe The Automation Readiness Index (ARI): Who Is Ready for the Coming Wave of Innovation? concluye que hasta los países más preparados deben mejorar las políticas de educación y los programas de capacitación, así como implementar un nuevo enfoque en el aprendizaje permanente.
El informe recomienda que esas políticas y programas deben procurar que la rápida adopción de las tecnologías de automatización y la digitalización no deje a la gente sin preparación para los puestos nuevos y más afines a los humanos que van a ir creándose a medida que los robots y los algoritmos absorban más y más tareas rutinarias que pueden automatizarse. Porque van a automatizarse.
«El informe muestra el patrón de éxito del futuro. Debemos aprovechar esas recomendaciones», dice Ulrich Spiesshofer, CEO de ABB. «El ritmo de la innovación y el cambio laboral de hoy es tan rápido que todos deben tener acceso al aprendizaje continuo. Aumentar el potencial humano con la tecnología de una manera responsable, a la vez que se brinda educación y capacitación continua, es una oportunidad para impulsar la prosperidad y el crecimiento.»

El informe, que publica una investigación hecha en 25 países sobre su preparación para la automatización y los clasifica, descubrió que muchos países en todo el mundo recién están empezando a comprender las oportunidades y los desafíos planteados por la IA y la automatización basada en la robótica. Se halló que «es necesario un mayor compromiso del gobierno, la industria, los especialistas en educación y otras partes interesadas para que las nuevas políticas se mantengan a la par de la innovación en automatización».
El informe destaca que, ya sea que los formuladores de políticas estén listos o no, las empresas están integrando rápidamente la IA y la robótica avanzada en sus operaciones. Como la adopción de esas tecnologías va a acelerarse en los años venideros, su impacto en las economías y la mano de obra va a ser más clara y urgente; al igual que la necesidad de una acción conjunta en educación y capacitación.

Además de Corea del Sur, Alemania y Singapur, los 10 países con mejores posiciones para enfrentarse a esta oleada de cambios son lo demás integrantes del índice ARI, en orden de clasificación: Japón, Canadá, Estonia, Francia, Reino Unido, Estados Unidos y Australia.

El análisis del informe se basa en un índice nuevo y original, creado por The Economist Intelligence Unit, así como en una serie de entrevistas con expertos de todo el mundo. Las clasificaciones se determinaron sobre la base de un total de 52 indicadores cualitativos y cuantitativos seleccionados en consulta con expertos en automatización, educación y economía.

Mediante su robot de colaboración YuMi y su extensa cartera de soluciones industriales ABB AbilityTM para el control y monitoreo de los sistemas de automatización, ABB colabora con los fabricantes en dar forma a las fábricas del futuro, donde las personas continuarán siendo una parte vital de las operaciones mientras trabajan junto a robots.

Este nuevo paradigma de colaboración humano-robot tiene el potencial de permitirle a las personas dedicar su tiempo y energía a trabajos de más valor que requieran habilidades y talento humanos, ya que destina las tareas muy repetitivas, de gran exigencia física o incluso peligrosas a los robots. Es posible que esos trabajos de humanos incluyan diseñar los procesos y las operaciones que ejecuten los robots, así como también monitorear y supervisar las tareas automatizadas que lleven a cabo las máquinas.

Lo ideal sería que se diera una transición exitosa a una economía productiva en torno a la digitalización, que le brindara al talento humano mayores niveles de productividad y, en definitiva, puestos más gratificantes.

Sin embargo, el informe indica que la mayoría de los países deben mejorar sus programas de formación profesional para construir un futuro mejor. Los planes de estudio de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas siguen siendo importantes, según el informe. Pero la automatización y la IA demandan aún más programas educativos básicos y nuevas maneras de capacitación docente.

ABB y The Economist Intelligence Unit tienen la intención de realizar ese índice y de revisar los rankings todos los años a fin de que sirva como una herramienta para los gobiernos. El índice los ayudaría a identificar y aplicar continuamente políticas que respalden una participación exitosa en la nueva economía global, que está profundamente automatizada y digitalizada.

Por su parte, ABB está preparándose para el futuro mediante sus «ambientes de trabajo digitales» y la capacitación que les da a los empleados para que utilicen herramientas digitales y de automatización. ABB también apoya la innovación en sus centros de investigación corporativos y mediante asociaciones de colaboración con empresas emergentes, a través de su unidad de capital de riesgo ABB Technology Ventures (ATV).

En el ámbito mundial de la política y la educación, ABB mantiene su compromiso de continuar su trabajo con los organismos comerciales, las organizaciones multilaterales y las instituciones académicas. La compañía también está lista para brindarle información a los que formulan las políticas públicas según lo soliciten, con el fin de que la automatización inteligente sea un beneficio positivo para la sociedad al brindarle mayores niveles de productividad y oportunidades de empleo significativas.