REGION - La Pampa
Semanario REGION®
Del 15 al 21 de septiembre 2006 - Año 16 - Nº 774
R.N.P.I. Nº 359581

  
El viernes 29 a las 19 horas en Expopatagonia:
Impresiones y Recuerdos del Espacio patagónico

En la Expo Patagonia 2006, el día de la apertura, viernes 29 de septiembre, a las 19 horas se recordará en el Salón Auditorium de la Sociedad Rural de la Ciudad de Buenos Aires, que célebres escritores, exploradores y científicos han manifestado a través de los tiempos sus impresiones y recuerdos de la tierra patagónica. "Nada mejor transcribir algunos, al comenzar a transitar el tercer milenio, cotejar vivencias y reivindicar valores" señala nuestro asiduo colaborador, Antonio Torrejón.
En el último capítulo del libro "El viaje del Beagle", Darwin expresa: "...Al evocar imágenes del pasado, frecuentemente cruzan ante mis ojos las planicies de la Patagonia, sin embargo, todos las califican de horribles e inútiles. Sólo pueden describirse negativamente: no tienen viviendas, no tienen agua, no tienen árboles, no tienen montañas, sólo nutre algunas plantas enanas".
"Entonces -reflexiona Darwin-, y no era un caso exclusivamente mío, ¿por qué esas áridas extensiones se han aferrado a mi memoria con tanta firmeza? ¿Por qué no ha producido igual impresión la vastedad de la Pampa, que es aún más llana, más verde, más fértil y además más útil a la humanidad? Por mi parte, no soy capaz de analizar esos sentimientos -sostenía el celebre científico-, pero se deben en alguna medida al campo libre que le da la imaginación.
Las planicies de la Patagonia son ilimitadas, apenas transitables y por lo tanto desconocidas; tienen el aspecto de haber permanecido durante épocas enteras tal como están ahora. Si, como suponían los antiguos, la Tierra es plana rodeada por una insuperable extensión de agua, o por desiertos insoportablemente caldeados, podemos contemplar en la Patagonia las últimas fronteras del conocimiento del hombre con profundas, pero definidas sensaciones". (Escrito en 1876).
Nuestro Jorge Luis Borges dijo una vez sobre la Patagonia: "Allí, no se encuentra nada... no hay nada". Esto lo vivenció el difundido escritor W. N. Hudson (1899) en su libro "Días de Ocio en la Patagonia", editado originalmente en inglés. Hudson no comparte el desconcierto hecho público por Darwin. Sostuvo que el error de Darwin consistió en ir a la Patagonia en busca de algo mágico: la Ciudad de los Césares, el Valle Andino de Trapalandia; en la Patagonia, reflexiona Hudson, no hay que internarse con preconceptos, no buscar nada, ya que surgirá un sentimiento que nos hará sentir y conmover.
"A juzgar por mi propio caso -escribe Hudson-, creo que aquí tenemos el secreto de las imágenes persistentes de la Patagonia y su frecuente reaparición en la mente de muchos que transitaron la región. No nos prenda sólo el efecto de lo desconocido, el despertar de la imaginación; ya que allí el desolado paisaje nos conmueve profundamente" "Un día, mientras escuchaba el silencio -recuerda Hudson-, se me ocurrió preguntarme qué ocurriría si me pusiera a gritar. Mi estado era de suspenso y vigilancia... En Patagonia, la monotonía de los llanos o la extensión de las bajas colinas, la general irrelevancia ocre de todo, dejan la mente abierta y libre para recibir una impresión de la naturaleza como un todo..."
Tiene un aspecto de antigüedad, de desolación, de eterna paz, de desierto desde siempre que continuará siéndolo para siempre. Bruce Chatwin sostenía que Hudson se equivocó al predecir que la Patagonia permanecía desierta, ya que él constató un siglo y medio después el desarrollo de las Patagonias: Austral, de las Estepas, la Central, la de las Mesetas, de los Lagos; de las Playas y del Gran Valle.
Desde Magallanes (1520) la palabra Patagonia, como Amazonia o Antártida, se instaló en la imaginación occidental. Traduciendose como lugares de difícil conquista; para los colonizadores, lo final. De allí que en el primer capítulo de Moby Dick, Melville usa patagónico como calificativo de lo remoto, lo monstruoso, trascendente y fatalmente atractivo. Melville habrá tenido noticias de la alta concentración de ballenas que en invierno y primavera se da junto al Sistema Natural de la patagónica península Valdés, pero... más allá de eso referenciaba lo lejano del hábitat, lo particular de aquellas tierras.
Al contexto geográfico, le agrega Chatwin, se da una muy exótica variedad cultural. En la Patagonia, en un día cualquiera el viajero puede encontrar a un galés, a un terrateniente inglés, al incansable y laborioso vasco, a un yuppie de Haight-Ashbury, a un nacionalista bosnio, a un afrikaner, a un misionero persa de la religión bahai, o a un licenciado del ejército israelí. O encontrar personajes como el viejo dinamarqués cuidador del Club Náutico de Madryn, que estaba construyendo su embarcación para volver por la puerta grande a su tierra natal.
Recuerda Chatwin que la Patagonia era como lo es hoy, tierra de extrañas aves y bestias, con una aptitud siempre predicible.
Pen-gwin es, al parecer, una expresión galesa equivalente a pájaro incapaz de volar; los marineros isabelinos tenían la superstición de que estos pájaros bobos eran las almas de sus camaradas ahogados; de allí el impacto por los miles encontrados en las costas de la actual provincia del Chubut.
Paul Theroux asociaba la palabra sur con libertad; escribe que le extraña la promesa de un paisaje desconocido, la experiencia diferente. Allí no hay que elegir entre lo minúsculo y lo desmesurado es lo que nos acompaña. Chatwin menciona los motines que tuvo que sofocar Magallanes al cruzar el estrecho que hoy lleva su nombre, ya que sus hombres, influidos por las leyendas de la época, identificaban a la Tierra del Fuego como la sede del infierno en la Tierra.
Sin ninguna duda, el habitante o el visitante que vuelve o llega a la Patagonia recuerda o incorpora la impresión de estar en un rincón del planeta de enorme futuro, donde todos podemos iniciar una nueva e inédita historia. Humboldt la tituló la tierra de los hombres libres y fuertes.
No dudamos, que será la que genere la nueva historia de la República Argentina

Colaboración: Antonio Torrejón


Expopatagonia 2006

Expopatagonia 2006 se realizará los días 29 y 30 de septiembre y 1ro. de octubre en el Pabellón Ocre de La Rural. El día viernes entre las 12 y 14hs. el acceso será exclusivo para los profesionales del sector, mientras que los tres días entre las 14 y las 21hs. estarán destinados al público general. La entrada tendrá un valor de $ 7, y los jubilados y menores de 12 años ingresan sin cargo. Habrá charlas y disertaciones, actividades lúdicas para toda la familia y degustaciones de las típicas exquisiteces patagónicas que podrán disfrutarse en el sector gourmet.
La Provincia de La Pampa estará presente a través del stand montado por la Subsecretaría de Turismo provincial (foto maqueta), en el cual participarán además entidades, municipios y prestadores de servicios.

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