REGION - La Pampa
Semanario REGION®
Del 10 al 16 de noviembre 2006 - Año 16 - Nº 782
R.N.P.I. Nº 359581

  
Editorial Diario del Viajero Nº 1.019 – 8 de noviembre de 2006
La boca abierta en la urna

A pocos días de realizadas las elecciones generales y presidenciales de 1999, asistí a una cena de directores de diarios, en la cual disertaba el titular de una importante encuestadora de opinión pública.
Como esa reunión coincidió con la finalización de un curso que dictaba yo en nuestro Diario, llegué más tarde de lo previsto al lugar de la convocatoria. Fue en ese momento cuando observé que le retiraban a los asistentes el texto de una inesperada encuesta con sólo dos preguntas.
Cuando el expositor comenzó su disertación hizo mención sobre los datos y resultados de los dos interrogantes que se formularon en ese cuestionario. La primera era la indicación del sexo del participante, en la cual, por fortuna, se señalaban las dos opciones tradicionales; y la segunda si alguna vez había sido infiel a su pareja.El disertante, en su interpretación, nos señaló que, de algo más de sesenta personas que estábamos ahí, solamente habían contestado cuarenta, lo que marcaba un porcentaje alto de los que eludieron contestar. A partir de ahí, el analista de opiniones sacó conclusiones sobre los porcentajes de infieles que estaban reunidos en esas mesas. Luego entró en una muy larga defensa de los encuestadores, y de las conclusiones de las famosas encuestas a boca de urna.
Cuando terminó, hubo un largo silencio entre mis colegas. Nadie pretendió hacer alguna pregunta aclaratoria que alterara la prosecución de la cena. Por ende, me atreví a intervenir como un emergente circunstancial, que no quería que se interpretara el silencio como un consentimiento a ciertos dichos. Me sentía algo molesto, por la forma capciosa de formular interrogantes para buscar una determinada conclusión, que sirviera para argumentar en una especie de defensa de sus colegas.
Fue así que poniéndome de pie y dirigiéndome únicamente a los directores de diarios allí reunidos, de manera sobreactuada, les pedí disculpas por mi demora en llegar, porque mi tardanza significó, que al no poder contestar la encuesta, los porcentajes no estaban ajustados a la realidad, al aparecer yo como una persona presente que se había negado a contestar. También formulé inmediatamente una reflexión, cuya validez implicaba dar por fracasada la exactitud de esa encuesta sobre infidelidades. Les dije a todos, con marcada ironía, que si alguien es capaz de mentir a su pareja, seguro que no tiene inconveniente en mentirle a un encuestador.
Un silencio aún mayor dio por terminada la disertación del invitado. Lassonrisas de mis colegasme fueron favorables y gratificantes. ¡Mis comentarios no habían sido ponderados previamente por el encuestador!
Nadie puede negar la relevancia de las encuestas de opinión y del análisis estadístico en los estudios de mercado. Pero todos sabemos que, de acuerdo a cómo se formulen las preguntas, y a quiénes las mismas estén dirigidas, tendremos una interpretación de los datos, que puede variar si la objetividad es traicionada por el compromiso.
Las encuestas son herramientas importantes y respetables, en la medida en que no convirtamos a cada equipo consultor en reediciones modernas de los oráculos de la antigüedad, porque entonces las ambigüedades exitistas pueden disfrazar una realidad diferente. Los antiguos oráculos, en sus premoniciones,siempre eran susceptibles de una doble interpretación; hasta el eco del viento o de los ruidos, contenía mensajes disímiles según quien escuchara al intérprete.
Así como la estadística del comercio exterior, por ejemplo, no refleja ni falsas declaraciones de valores, y menos el contrabando organizado, la encuesta de boca de urna es una estadística incompleta, que no siempre es veraz en la generalización.
Las preguntas que le son formuladas al pueblo ¿se dirigen al oráculo? O las preguntas del encuestador ¿son propias del que se considera oráculo?
Estos conceptos, que ya publiqué en noviembre de 1999, siguen teniendo vigencia cada vez que tengamos que analizar las campañas políticas y sus repercusiones. ...tiempo después se prohibió la encuesta en boca de urna.
Los resultados electorales a veces pueden sorprender a quienes se guían por las encuestas previamente realizadas. Sin embargo muchas de ellas adquieren más las características de un compromiso promocional sectarizado, que una real y fundada investigación. Las elecciones en la provincia de Misiones han sido un nuevo ejemplo de oscuridad pactada.

Carlos Besanson

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