Semanario REGION®

Del 3 al 9 de agosto de 2018 - Nº 1.326 - Año 28 - INPI 1983083

René Favaloro: Un médico de pueblo y la medicina social

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Monumento el Dr. Favaloro en Jacinto Aráuz, obra del artista pampeano -también fallecido- Eduardo Ferma.

En el mes de la Medicina Social, el Ministerio de Salud del Gobierno de La Pampa recordó la figura del Dr. René Favaloro, por su trayectoria como Médico de Pueblo de la localidad pampeana de Jacinto Aráuz y la inconmensurable tarea desarrollada en su especialidad.

René Gerónimo Favaloro nació en 1923 en el barrio “El Mondongo” de La Plata, a una cuadra del Hospital Policlínico. Tal vez eso marcó su deseo de ser “doctor”, algo que expresó desde muy niño.
Cursó la primaria en una modesta escuela de su barrio donde, con pocos recursos, se fomentaba el aprendizaje a través de la participación, el deber y la disciplina. Después de la escuela, pasaba las tardes en el taller de carpintería de su padre ebanista, quien le enseñó los secretos del oficio. En los veranos se transformaba en un obrero más. Gracias a sus padres -su madre era una habilidosa modista- aprendió a valorar el trabajo y el esfuerzo.

En 1936, después de un riguroso examen, Favaloro entró al Colegio Nacional de La Plata. Allí, docentes como Ezequiel Martínez Estrada y Pedro Henríquez Ureña le infundieron principios sólidos de profunda base humanística. Más allá de los conocimientos que adquirió, incorporó y afianzó ideales como libertad, justicia, ética, respeto, búsqueda de la verdad y participación social, que había que alcanzar con pasión, esfuerzo y sacrificio.

Su experiencia en Aráuz
A fines de la década del ´40 recibió una carta de un tío de Jacinto Aráuz, un pequeño pueblo de 3.500 habitantes en la zona desértica de La Pampa. Explicaba que el único médico que atendía la población, el doctor Dardo Rachou Vega, estaba enfermo y necesitaba viajar a Buenos Aires para su tratamiento. Le pedía a su sobrino René que lo reemplazara aunque más no fuera por dos o tres meses. La decisión no fue fácil.

Llegó a Jacinto Aráuz en mayo de 1950 y rápidamente trabó amistad con el doctor Rachou. Su enfermedad resultó ser un cáncer de pulmón, falleciendo unos meses más tarde. Para ese entonces Favaloro ya se había compenetrado con las alegrías y sufrimientos de esa región apartada, donde la mayoría se dedicaba a las tareas rurales.
La vida de los pobladores era muy dura. Los caminos eran intransitables los días de lluvia; el calor, el viento y la arenisca eran insoportables en verano y el frío de las noches de invierno no perdonaba ni al cuerpo más resistente. Favaloro comenzó a interesarse por cada uno de sus pacientes, en los que procuraba ver su alma. De esa forma pudo llegar a conocer la causa profunda de sus padecimientos.

Al poco tiempo se sumó a la clínica su hermano, Juan José, médico también. Se integró muy pronto a la comunidad por su carácter afable, su gran capacidad de trabajo y dedicación a sus pacientes. Juntos pudieron compartir la labor e intercambiar opiniones sobre los casos más complicados.
Durante los años que ambos permanecieron en Jacinto Aráuz crearon un centro asistencial y elevaron el nivel social y educacional de la región. Sentían casi como una obligación el desafío de paliar la miseria que los rodeaba.

Con la ayuda de los maestros, los representantes de las iglesias, los empleados de comercio y las comadronas, de a poco fueron logrando un cambio de actitud en la comunidad que permitió ir corrigiendo sus conductas. Así, lograron que casi desapareciera la mortalidad infantil de la zona, redujeron las infecciones en los partos y la desnutrición, organizaron un banco de sangre viviente con donantes que estaban disponibles cada vez que los necesitaban y realizaron charlas comunitarias en las que brindaban pautas para el cuidado de la salud.

El centro asistencial creció y cobró notoriedad en la zona. En alguna oportunidad Favaloro reflexionó sobre las razones de ese éxito. Sabía que habían procedido con honestidad y con la convicción de que el acto médico “debe estar rodeado de dignidad, igualdad, piedad cristiana, sacrificio, abnegación y renunciamiento” de acuerdo con la formación profesional y humanística que habían recibido en la Universidad Nacional de La Plata.

N. de la R.: la trágica muerte vino de su propia mano, cuando se suicidó con un certero balazo al corazón.
REGION® Empresa Periodística fue uno de los primeros medios en Argentina en difundir una de sus cartas, que dan cuenta de la situación de ese momento que le tocó vivir al recordado cardiocirujano. Ver nota.

Nos Escriben
Programa Médicos Comunitarios

Durante nuestro receso vacacional, recibimos la siguiente demanda originada en General Pico, con pedido de publicación, de “35 mujeres pertenecientes al Programa Médicos Comunitarios”:

“Ante el evidente vaciamiento y desfinanciamiento del programa Médicos Comunitarios, las Profesionales y Agentes Sanitarias pertenecientes al Programa en la Provincia de La Pampa nos manifestamos públicamente para dar a conocer una vez más la situación por la que atravesamos, que no escapa al panorama de otras ciudades del país.

Actualmente las Profesionales y Agentes Sanitarias nos encontramos sin contrato desde diciembre de 2017 y con una deuda de nuestra beca de dos meses por parte del Gobierno Nacional sin probabilidad de pago. Además, a pesar de los intentos de diálogo y comunicación que se han realizado no se ha logrado que el Gobierno Provincial de respuesta a nuestra acuciante realidad. Desde el Sr. Gobernador, Ministro y Secretario de Salud, Subsecretario de Trabajo, Empleo y Capacitación Laboral, autoridades de los distintos hospitales y Áreas Programáticas.

Pese a esta situación, las trabajadoras continuamos realizando actividades y prestando servicios dentro del Sistema de Salud Pública de la Provincia de La Pampa.
Nuestro trabajo -desde hace más de 10 años aproximadamente- se basa en la Atención Primaria de la Salud siendo la herramienta fundamental de intervención dentro de los Centros de Salud y el eje dentro de un modelo de abordaje integral de las problemáticas de salud.
Somos 35 mujeres, Trabajadoras Sociales, Nutricionistas, Kinesiólogas, Psicólogas y Agentes Sanitarias, que estamos sumergidas en una absoluta situación de vulnerabilidad laboral, porque dependemos del Programa “Médicos Comunitarios”, el cual  otorgar una beca que no está pagando. Sumado al vaciamiento de trabajadores y recursos a nivel nacional y agravado por la indiferencia del gobierno local no tenemos información certera sobre nuestra continuidad laboral.

Este modo de contratación (beca), prometía desde el inicio (antes de 2007) la incorporación del personal formado a la planta permanente de la provincia en forma paulatina. Es evidente que esto no se hizo efectivo y las condiciones no han variado desde entonces, lo cual pone en riesgo la continuidad laboral y la de los procesos de atención, prevención y promoción de la salud que en forma cotidiana llevamos adelante.
Durante los últimos años realizamos presentaciones de notas y reuniones con las autoridades provinciales que dieron resultados infructuosos y respuestas absurdas e irregulares.
Pensamos que las condiciones actuales, vulneran nuestros derechos como trabajadoras de la salud, en cuanto nos excluye de beneficios laborales e ingresos en comparación con nuestros propios compañeros del equipo de salud.

Por ello exigimos repuestas al Ministerio de Salud, habida cuenta que estos equipos requieren estabilidad laboral -pase a la Ley N° 1279 de Carrera Sanitaria- no sólo por una cuestión laboral y económica, sino también, que esta permanencia permitiría proyectar en el tiempo el trabajo en los Centros de Salud y dar respuestas desde un “Modelo verdaderamente Integral” a las demandas de salud de la comunidad.
Decimos NO a dejar de trabajar por la salud de todos los pampeanos. Apelamos una vez más a la voluntad de nuestro Gobernador para dar la solución correspondiente a ésta situación laboral, como lo realizó en otras áreas.

-Somos 35 mujeres las que pertenecemos al Programa Médicos Comunitarios.
-Llevamos entre 10 y 3 años de antigüedad trabajando para la Salud de la Provincia de La Pampa.
-Desempeñamos tareas en el Primer Nivel de Atención en diferentes Centros de Salud.
-Trabajamos  en forma descentralizada en distintos pueblos y ciudades de la Provincia: Toay, La Adela, Eduardo Castex, Colonia Barón, Victorica, La Maruja, Parera, Rancúl, General Pico y Santa Rosa.
-Somos Psicólogas, Trabajadoras Sociales, Nutricionistas, Kinesiólogas y Agentes Sanitarias. SOMOS EQUIPO DE SALUD.
-Durante todos estos años hemos prestado servicios a la Salud Pública de la Provincia de La Pampa, sosteniendo el trabajo a pesar de no gozar de aportes, estabilidad laboral, cobertura por riesgos de trabajo, aguinaldo, bonificaciones, paritarias, y un sueldo 3 veces menor al de cualquier trabajador de salud.
-Solicitamos que el Estado Provincial incorpore a las trabajadoras del Programa Médicos Comunitarios a la Ley N° 1279 de Carrera Sanitaria-Planta Permanente de Salud.

[email protected]
2302-463255
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N. de la R.: Ojalá obtengan respuestas, pero el Ministerio de Salud suele hacer “oídos sordos” a las demandas, como por ejemplo sucedió con el tema del Hospital Evita, donde no se preocupan por recaudar ingresos para el Estado Provincial cuando deberían hacerlo por Ley, ingresos que bien podrían servir para afrontar por ejemplo, este reclamo.

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